Los proyectos de inversión deberían incorporar la gestión de riesgo en un contexto de cambio climático para asegurar la sostenibilidad y resiliencia de las inversiones. Las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) establecen cinco ejes temáticos priorizados: agua, agricultura, pesca y acuicultura, bosques y salud; entre los enfoques transversales considera la gestión del riesgo de desastres y la infraestructura resiliente.